2/10/2015

El Jueves a las 6. Mi primera cena.



Hace exactamente un año decidí ampliar las posibilidades para poder subir al escenario y disfrutar actuando. Por eso quise empezar a prepararme para hacer teatro en español después de estar más de 20 años haciéndolo en inglés, aunque sin dejar de hacerlo en ese idioma. Estaba segura que podría con los dos.
Un amigo me dijo que había visto en el Teatro de las Esquinas un cartel en el que se anunciaba un curso de teatro y me animó a que me apuntara, curso que dicho sea de paso, ya había empezado en octubre.
Allí conocí una profesora estupenda, bueno, ese día solo supe que ella me iba a dar las clases. Su calidad como profesora y también como persona lo fui descubriendo clase tras clase y de la misma manera me fui dando cuenta de que los demás compañeros y compañeras también eran un encanto. Desde el primer día todos fueron muy cariñosos conmigo.
Yo era nueva y los demás llevaban uno o dos años asistiendo a las clases, por eso la relación entre ellos era muy cercana. Tomaban cañas juntos, habían cenado juntos e incluso juntos habían pasado algún fin de semana en el campo.
Esa experiencia de compartir tantas cosas juntos debió de ser muy positiva, porque desde que llegué me di cuenta de que ya estaban planeando no solo nuevas cenas y un nuevo fin de semana rural, sino que empezaron a pensar en organizar una pequeña estancia en Londres.¡Ufff! .Pero durante el curso, todo lo que se consiguió hacer juntos fue tomar unas cervezas todos los jueves al finalizar las clases.
Veía tanta actividad lúdica entre ellos, que empecé a tener serias dudas sobre si me había apuntado a un grupo de teatro...o a uno de tiempo libre.
Comenzó el nuevo curso en octubre y se incorporaron nuevas alumnas, ¡ah! y un nuevo alumno, cosa de agradecer ya que los chicos escasean en este tipo de actividades y oye, ni haciendo un casting hubiéramos conseguido unos compañeros mejores. Parece que nos conociéramos de toda la vida. Generosos, simpáticos, divertidos y además desde el primer ensayo demostraron que tienen madera de actores. Se integraron en el grupo rápidamente, yo diría que más rápidamente que yo. La aceptación entre todos ha sido tal, que ya se han unido e incentivado la petición de organizar un fin de semana en el Pirineo, el viaje a Londres y lo de la cena en casa de alguien.  Las cervezas al salir de clase ya forma parte de las propias clases de teatro y pocos de los compañeros faltan a ellas...excepto yo, que fallo un montón a lo de las cervezas, pero por motivos personales míos.
Tanto han hablado de estos deseos de compartir momentos juntos, que al final nos pusimos de acuerdo para celebrar la esperada cena en casa de uno de los compis.
María ofreció su casa, su preciosa casa y el pasado viernes día 6 nos fuimos para allí todos, bueno, en realidad el grupo estaba un poco diezmado, especialmente por causa de la gripe, pero aún así, nos juntamos 16.
Llegamos sobre las 8.15 de la tarde y permanecimos allí hasta pasadas las 2 de la madrugada. La cena estaba deliciosa y fue preparada por algunos de los compañeros. Diversión en la mesa y en la sobremesa
Como es normal, durante la cena (bueno, ya empezaron antes de cenar dicho sea de paso) la gente bebió y enseguida apareció uno de los efectos que la bebida provoca en algunas personas, me estoy refiriendo a la "exaltación de la amistad" y lo demostraron en forma de discursos llenos de muuuucho amor hacia los compañeros. Todo muy dulce. Luego apareció otro de sus efectos, los "cánticos regionales" y excepto "Asturias patria querida" incluyó una gran variedad de canciones de aquella época. Canciones que casi todos habíamos escuchado en algún momento de nuestra vida.
Todos volvimos a casa llenos de energía y con nuevos planes para nuevas cenas, para el viaje a Londres y el fin de semana al Pirineo, concretamente a Villanúa. Ya me contarán.
Compañeros...¡hasta el jueves!
Para los que no os tengo en mi facebook, aquí os dejo fotos de la cena.