3/11/2013

Cincomarzada.



Hay tanta ignorancia entre los zaragozanos (entre los que me encuentro) sobre cuáles son los motivos por los que se celebra La Cincomarzada, que he creído oportuno escribir un poco sobre lo que pasó aquella fecha.
Pare ello, transcribo un capítulo, un corto capítulo del libro "Tradiciones Festivas Zaragozanas" en el que explica lo que ocurrió:
La noche del 5 de marzo de 1838 entraron en Zaragoza las tropas carlistas al mando del General Cabañero. A las 4 de la mañana, 4 batallones se introducían con escalas por la Puerta del Carmen y van ocupando las calles del Coso, Mercado y la Parroquia de San Pablo, envolviendo la ciudad hasta la Plaza de la Magdalena con tres mil infantes y 300 caballos.
Estos batallones de carlistas, al mando de Espinart y Cabañero, estaban el día 3 en Alloza, de donde salieron a las 3 de la madrugada hacia Zaragoza, pasando por Belchite, donde descansaron. Cabañero decretó la orden de que nadie saliese de sus casas, en Belchite, bajo pena de muerte. Estuvieron allí hasta las 3 y media, en que emprendieron su marcha para, antes del amanecer, avistar la ciudad. Por el camino de La Cartuja, llegaron al Paseo de las Damas, aquí el General formó una columna y destacó una guerrilla hasta la torre llamada de Ponte, en la que se encontraban las escalas que debían servir para el asalto. Arrimándolas a la pared, saltaron a la ciudad y abrieron sus puertas. Ocuparon San Pablo, Plaza del Mercado y calles de la Albardería y Cedacería, extendiéndose hasta la Puerta de la Tripería, pasando los restantes efectivos del último batallón a ocupar La Mantería, el Arco de San Roque y la subida del Trenque. Otros batallones marcharon por la calle de Santa Inés a apoderarse de la Puerta de Santa Engracia, lo que consiguieron con muy poca resistencia, luego siguieron su marcha por el Paseo de San Francisco a la Plaza de La Constitución, en donde situando un batallón de retén, distribuyeron el resto por el Arco de la Puerta Cinegia, calle del Peso, San Gil y Coso, hasta la Plaza de la Magdalena.
El rápido despliegue de las tropas en la noche brumosa del 5 de marzo, cogió desprevenidos a los zaragozanos, que fueron despertados sobresaltadamente por los vivas a Carlos V, a la Inquisición y a Cabañero. El vecindario se echó a la calle, extendiéndose la noticia de la ocupación, como un reguero de pólvora. Soldados nacionales y paisanos, se lanzan sobre las tropas carlistas distribuidas por el casco urbano.
A la calle se van arrojando todo tipo de muebles, trastos y enseres, que puedan ofrecer obstáculo o barricada; " de cada balcón se precipitaban cuantos muebles y efectos podían causar daño a los agresores; más allá sería una lluvia de tejas y cacharros que sepultaba a los fujitivos que se encontraban interceptando el paso con muebles y colchones a cuyo abrigo se les hacían horribles descargas" (Diario Constitucional de Zaragoza 11-III- 1838)
También desde las casas se les arrojaba agua y aceite hirviendo y "sería hacer un agravio no nombrar al sexo, que con guijarros, agua, aceite hirviendo y otros varios efectos contribuyó a que pronunciasen su derrota y saliesen en vergonzosa fuga los que ocupaban el Coso y Plaza de la Constitución por la Puerta de Santa Engracia, refugiándose los del Mercado y San Pablo en la iglesia de este nombre.
El propio Cabañero que soñaba con el triunfo estaba desayunando cuando le llegó la noticia de la súbita reacción popular. La ciudad que había soportado dos sitios del invasor francés, volvía a sentir la voluntad inquebrantable de independencia.
El resultado de esta contienda fue de cerca de 200 muertos, 217 según algunos entre los carlistas, 23 jefes y más de 700 prisioneros y entre los defensores hubo que lamentar 11 bajas y 40 heridos.
La defensa de la ciudad había tenido un componente eminentemente popular, tanto es así que por ejemplo, el Diario Constitucional del 6 de marzo decía" Ayer no nos fue posible publicar este periódico por hallarse ocupados todos los redactores desde muy de mañana rechazando al enemigo que osó penetrar en las calles de esta ciudad; y cubriendo las puertas que estaban designadas a sus respectivas compañías" La Reina Gobernadora concederá por estas acciones el título de SIEMPRE HEROICA y adornará el escudo de sus armas  con una orla de laurel.

Hasta aquí lo que pone en uno de los capítulos del libro que he mencionado al comenzar este escrito. Lo que yo quiero añadir es que desde aquella fecha, el pueblo celebraba esa victoria con bailes de máscaras, pero la historia cambia en 1843 ya que con el triunfo de los moderados, se acuerda la supresión de la fiesta y al ser suspendidos los actos oficiales, el pueblo comienza a salir al campo a comer y a cantar, a las meriendas campestres de Macanaz y ribera del Gállego, a las que se fueron sumando el Cabezo Buena Vista, Cogullada, Casablanca, etc.
En 1854 y con los progresistas en el poder, la fiesta se convierte en el símbolo de la lucha por las libertades. A partir de 1857 se le quita el sentido oficial pero ya tiene marcadas sus pautas y ritmos.

Este año, se ha unido la celebración de la Cincomarzada con la de Los Sitios de Zaragoza, eso ha hecho que hayamos tenido un completico fin de semana que ha hecho que el orgullo de ser aragonés subiera hasta
lo más alto.
He puesto fotos que podréis ver aquí. Las fotos son de ambas celebraciones y espero que os gusten.