9/06/2012

You can leave your hat on.


Hala, ya  ha llegado de nuevo y la pena es que yo sigo sin asumirlo. Ocurre una vez al año y aunque tengo 364 días para ir haciéndome a la idea, sigue sin gustarme comprobar lo rápido que pasan los años. Pero bueno, aquí está y ya tengo un año más, así es que lo único que puedo hacer es asumirlo, relajarme, disfrutar  de la compañía de familiares y amigos y celebrar con ellos año tras año esta fecha.
Para este 5 de septiembre, que en realidad es 4, ya que es martes y es cuando voy a celebrarlo con las chicas del club...del martes, claro.
Bueno, para hacer algo diferente, hemos pensado en una sesión de fotos con sombreros y para ello, Loliss y yo hemos rebuscado en el baúl y hemos sacado toda la artillería pesada, para que hubiera sombreros para todas.
"A las 7 de la tarde, en la calle". Esa fue la frase que le dije a Loliss y ella como siempre, estuvo de acuerdo. No puede ser de otra manera, tanto a ella como a mi nos gusta sacar de la rutina y a veces de sus casillas a las chicas del club.
La sesión de fotos ya comenzó nada mas bajar a la calle, en la misma plaza, junto a los jardines, para que toda la sesión no se desarrollara en el mismo escenario, es decir, en la terraza del bar de la china.
Cuando iba a comenzar la sesión, Sara se dió cuenta de que ella también tenía un par de sombreros que podríamos usar. Mientas ella se subía a su casa a buscarlos, llega una vecina con su marido y varias bolsas con comida y entre todo lo que en ellas hay, muestran bastante interés en enseñarnos un tomate de un kilo de peso de la variedad rosa, que yo no tenía ni idea de que existía y nos aclaran que con él y debido al tamaño, tienen para unas tres ensaladas.
A estas alturas Sara ya ha vuelto a bajar con varios sombreros, así es que aparcamos la interesante conversación sobre hortalizas y empezamos a posar, un poco vergonzosas al principio pero enseguida empezamos a ser como somos realmente.
A todo esto, desde lejos y sin que nos diésemos cuenta, cual papparazzi parapeteado tras unos matorrales, Merche sin que nos diéramos cuenta y a traición, nos estaba fotografiando, ahora que yo, ya lo he puesto en manos de mi abogada, que esta es capaz de vender las fotos al programa de la 5, Sálvame.
Nosotras estábamos a lo nuestro, posando de pié, sentadas en el jardín e intercambiándonos los sombreros y después de varias fotografías, nos encaminamos hacia el club y al llegar, cuando ni siquiera habíamos pedido las bebidas...muy sanas todas, claro, seguimos posando. Lo hacíamos con tanta alegría que contagiamos a la camarera y dueña del bar, que nos pidió ponerse algún sombrero y posar con nosotras.
De cinco personas que estábamos al empezar la reunión, esta terminó con unas doce personas adultas y dos pequeñas, tres si contamos con la niña chinita que heredará el bar.
Viendo cómo la cantidad de personas iba en aumento y pensando que si seguía creciendo solo nos llegaría para poder olerlas, decidí sacar una tarrina de olivas con cebollitas y pepinillos que había comprado para celebrar mi cumple. No me fijé, pero me temo que solo nos llegó para un pepinillo, una oliva y una cebolleta para cada una.
Cuando vi que ya habíamos acabado no solo con la tarrina de vinagrillos, sino también con todas las pipas y cacahuetes que los bares chinos ofrecen a sus clientes...¡¡¡tachánnnnnnn!!! saqué la tarta, mejor dicho, los brownies, de chocolate que había preparado el día anterior y Mmmmmmm, desapareció, no quedó ni un trocito.
A todo esto, entre oliva y cebolleta, entre cacahuetes y pepinillos, no dejamos de hacernos fotos con los sombreros. Después de todo, hacer esta sesión fotográfica era algo que Loliss y yo llevábamos planeando desde hace un tiempo.
Ahora, de vuelta en casa, recordando lo bien que lo hemos pasado y después de ver las fotos, solo quiero decir a mis amigas del club..."Chicas, me quito el sombrero ante vosotras por haber sido unas buenas cómplices en este reportaje y por haber celebrado conmigo este cumpleaños"
Ahora, a esperar otros 364 días. Mientras tanto, AQUÍ os dejo las fotos.