4/07/2012

Performance en Semana Santa.

Todo comenzó un 2 de abril cuando un cura me preguntó si prometía acompañar a mi pareja en lo bueno y en lo malo, en la tristeza y en la alegría, en la salud y en la enfermedad...
Hace un par de días, mi pareja, no el cura, me pidió que le acompañara a ver una de las procesiones y el día elegido fue Jueves Santo. Al principio me sorprendió que me lo pidiera, porque no es que él odie verlas, pero pedir ir a ver alguna, tampoco es lo normal en él.
Le pregunté el porqué de ese interés y me lo contó.
Resulta que junto con un amigo, tienen una página web llamada Mute Sound en la que suben vídeos, muchos de ellos hechos por Luis, como expresión artística. Otro de los proyectos que llevan a cabo es la grabación de discos con 16 minutos de sonidos enviados por 16 personas de toooodo el mundo. Cada una de ellas graba 1 minuto y lo envían. Cuando Luis reúne 16, graba un disco que reenvía a cada uno de los  participantes. Así, como quién no quiere la cosa, ya van por el noveno.
Últimamente algunas personas, en vez de enviar el sonido grabado, envían un objeto hecho por ellas mismas para que sea Luis quien haga la grabación donde y como quiera.
El último objeto que recibió fue una especie de sobre hecho con plástico de burbujas en cuyo interior, había varias chapas de botella y unos plásticos. ¿Qué hacer con esto?...se preguntó Luis y unos días más tarde, influenciado por la Semana Santa se le ocurrió algo y para ello necesitaba mi cooperación.
Mi aportación consistía en colocarme en primera fila en una de las muchas procesiones que durante toda la semana hay en Zaragoza y con el sobre en la mano, moverlo al paso de los tambores para que Luis grabara el sonido del sobre y pudiera fusionarlo, ya en el estudio, con el sonido de los tambores y así obtener el necesario minuto de sonido para completar el siguiente disco. Las imágenes grabadas también servirían para subirlas a la página web.
La idea era buena, muy buena, pero yo dudaba en ser la persona que lo protagonizara. Pensaba que podría haber cierto riesgo si parte del público, que fervientemente y con recogimiento cristiano (bueno, quizá esto es exagerar un poco) estaba viendo pasar al Cristo de los 7 dolores o algo parecido, se sentía ofendido por mi particular sonido chapero.
Me los imaginaba volviéndose hacia mi con cara de pocos amigos, o dándome un empujón o simplemente haciéndome comer el sobre de burbujas con chapas incluidas. También barajaba la posibilidad de que gracias a la caridad cristiana que se les supone, se limitarían a pedirme que por favor dejara de molestar.
Entonces me acordé de aquel 2 de abril y aunque estaba segura de que hacer esto no estaba incluido en la promesa que hice acepté y la verdad es que finalmente no ocurrió ninguno de mis temores.
Ayer por la mañana llegamos a la calle Manifestación por donde estaba pasando uno de los pasos, me coloqué en primera fila, tomé el sobre con mi mano y empecé a agitarlo despacio y mirando a la gente...por si acaso.
Como no vi ninguna reacción negativa por su parte, empecé a moverlo con más energía. Sorprendida por la indiferente actitud del público, deduje que su comprensión se debía a que el estruendo que producía el sonido de los tambores enmudecía el que estaba haciendo yo con el sobre de chapas.
Mi aportación duró apenas un par de minutos, después mi pareja se dedicó a tomar imágenes de la procesión para después subirlo a la web.

Las fotos aquí.