9/17/2011

Otro cumpleaños más y con barbacoa.


Año tras año mi cumpleaños suele parecerse por su duración a las bodas gitanas. De hecho, han pasado 11 días y todavía me queda por recibir un par de regalos y celebrarlo con las respectivas amigas que me los van a dar.
El sábado 3 de septiembre Rupert, un amigo...un buen amigo, nos abrió las puertas de su preciosa y nueva casa y la excusa fue celebrar una barbacoa allí.
Lo conocí en el 93 y en estos 18 años ya nos ha abierto las puertas de cinco casas, pero no os confundais, no es que sea propietario de ellas, es que las circunstancias le llevan a cambiar de casa.
En esta última solo lleva viviendo un par de meses y eligió ese 3 de septiembre para enseñárnosla y fué un acierto porque la casa está en una urbanización con piscina y en estas fechas, las temperaturas todavía nos permitieron bañarnos en ella.
Nos reunimos una serie de personas casi todas unidas por el vínculo del teatro, motivo gracias al cual nos conocimos.
En el jardín de la casa y sobre la barbacoa había ternasco, longaniza, hamburguesas vegetarianas y bastantes verduras del tipo de berenjenas, pimientos, cebollas y calabacines.
Antes de llegar, el anfitrión ya nos había preparado un par de fuentes con un tipo de ensalada diferente en cada una de ellas y también una tortilla de patata...todo buenísimo.
Pensé que esa reunión/comida con amigos sería una inmejorable ocasión para empezar a celebrar mi cumpleaños ya que iba a tener lugar solo dos días después y para ello además de un poco de ternasco, llevé un par de botellas de sidra y un bizcocho de chocolate que hice con todo el cariño.
Allí recibí mi primer regalo...un bonito colgante largo que ya no me quité del cuello y el cual sigo llevando con bastante frecuencia.
Lo llevé al día siguiente cuando seguí celebrando mi cumple con otra comida, esta vez en un restaurante con mi familia y también me lo puse al día siguiente día 5, día en el que realmente nací hace unos años, cuando me fui a desayunar con mi madre...¡¡a tomar viento fresco la dieta!! un chocolate con churros. Y al día siguiente martes, siguió la celebración desayunando una buenísima napolitana de chocolate con unas amigas y por la tarde con las chicas del club del martes.
El pasado lunes y cuando parecía que por este año ya había dado por terminadas las celebraciones, volví a quedar con otra amiga, su marido y el niño y los invité a tomar algo y me volví a casa con un regalo. Llega el martes y lo celebro con Antonio, otro amigo y el jueves vuelta a celebrarlo esta vez con Florencio. Todavía me queda mi amiga Josita que espero hacerlo en breve y... y... y el próximo año acuerdo una fecha y los invito a todos a un spa o a un balneario y así evito tener que recordar durante dos semanas que cumplo un año más. ¡¡¡Qué estrés!!!

Aquí os dejo algunas fotos del día de la barbacoa, con momento piscina incluído.