3/22/2010

La Nave existe.


Ayer sábado entré en la Nave y viví una fiesta. La Nave estaba situada a las afueras (9 km) de la ciudad, en una zona algo oscura y en la que solo se divisaban las luces propias de la Nave.
Las personas que estaban allí cuando yo llegué no eran extraterrestres, aunque un poco alienados si que estábamos.
La Nave por fuera era como...como todas las naves. ¡Imagináoslo!
Pero por dentro era... ¡Imposible de imaginar!
Estaba formada por varias y grandes estancias, todas ellas con el suelo forrado de una especie de alfombra hecha con hilos que se obtienen de reciclar telas viejas.
Recorrí todas las estancias guiada por una de las personas que allí había y que muy amablemente se ofreció a enseñármelas. En cada una que entraba, me sorprendía más y más por lo que veía.
Pude ver filas de viejos asientos de madera de antiguos cines de Teruel que me dejaron con los ojos abiertos y mas adelante veo otra fila de seis asientos más antiguos aún, posiblemente de alguna sala de conferencias, que ya me imposibilita cerrarlos y tengo que salir de allí para poder hacerlo.
Las paredes estaban forradas con enormes telas blancas que cuelgan del alto techo y en el suelo varios colchones blancos, grandes puffs, blancos también y una gran cantidad de instalaciones algunas de ellas con luz, como una gran tela/red que cuelga de una de las paredes y en la que hay fibra de vidrio que se ilumina y no me pregunteis cómo.
Las botellas de cristal vacías han servido para construir originales mesas luminosas, al introducir en ellas pequeñas bombillas de las usadas en los árboles de navidad.
Una cesta de mimbre con trozos de carbón, varias decenas de finas varitas de madera como de 70 ctm. y pequeños troncos de madera que yo diría que ya habían sido usados. Toda la decoración muy fácil de encontrar en la naturaleza.
Todas las personas que estaban en la nave se encontraban en la primera gran estancia, todos sentados alrededor de dos grandes mesas acristaladas cuyas medidas serían 2 por 2 metros, con diferentes objetos de decoración, hechos por el dueño/piloto de la nave y entre los objetos pude ver bastantes platos de variada comida. Toda ella me fué ofrecida nada mas llegar, haciéndome sentir muy halagada.
Al principio, mi propia timidez me hizo rechazarla (soy fruto de una educación muy espartana) pero la segunda vez que se me ofreció y viendo la buena pinta que tenía todo, decidí mandar la educación al carajo y sentarme a comer.
Pude probar lomo con chocolate, empanada gallega, ensaladilla rusa, tortilla de patata, verduras asadas y todo casero...¡¡uff!! no podía más y como la música que estaban poniendo era muy buena, decidí salir al exterior a bailar y así bajar toda esa comida.
Por supuesto no estaba sola, no había sido muy original en la idea de salir al exterior a bailar, además la temperatura de la noche acompañaba bastante y al no haber vecinos alrededor a quién molestar, la música sonaba con fuerza.
Al rato volví a entrar y ví que habían sacado los postres y pensé: "¡Huy, casi me los pierdo!
Eran dos, mouse de chocolate y tiramisú...¡¡¡buenísimos!!!
Para soborearlos tranquilamente, me senté sola en uno de los sofás, pero mi soledad duró poco, enseguida se acercó una de esas personas, una mujer para mas señas y a pesar de que no nos conocíamos nos pusimos a hablar. Los postres son un buén tema de conversación.
El dueño/piloto de la nave se sentó también a mi lado y como él trabaja preparando perfumes personalizados, empezó una conversación sobre cómo los prepara y cómo son los tests que hacen a las personas que quieren dichos perfumes para conocerles mejor y saber cuál es el más apropiado para cada una de ellas.
Yo, que cuando huelo un perfume solo me sale decir: "Me gusta" o "No me gusta", aprendí una gran cantidad de adjetivos con los que calificarlos, similares a los que usan para describir los vinos e incluso los aceites.
Nos mostró un frasco con un aroma que no sé qué era y nos preguntó lo que ese olor nos evocaba. Lo primero que iba a decir era :"Me gusta" pero pensé que no quedaría muy bién así es que me estrujé un poco las neuronas y dije: " A mí un campo abierto" y lo bueno fué que le gustó mi descripción. Disfruté mucho con esa conversación pero la llegada del té y del café la interrumpió.
Me levanté y volví a salir al exterior, bailé, acaricié al gato que vive allí y casi a las dos de la madrugada, cogimos el coche y volvimos a casa.
Tengo que volver para averigüar si la Nave sigue allí...o ha sido un sueño agradable.

Más imagenes aquí.

3/19/2010

Maravillosa experiencia teatral.


¡Se acabó! Última representación de "Move over Mrs Markham" y en un señor teatro, como los grandes artistas.
Ahora que ya ha bajado el telón, es tiempo de bajar todo al trastero y recordar cada minuto de esta tarde.
Cuatro y cuarto de la tarde y yo en la calle con seis bolsas y una cama plegable. Enseguida llegan Óscar, Sixto y Paco que trae un estupendo remolque muy apropiado para llevar todo a Zuera. Al poco rato llega Antonio (Philip, para mí) y emprendemos la gira.
Llegamos al teatro los cuatro actores y yo, las otras tres actrices llegarán sobre las seis. Empezamos a montarlo todo con muebles y retajos de cosas que encontramos bajo el escenario y que posiblemente otros actores que nos precedieron dejaron, o bién por solidaridad con los que venían detrás, o porque no merecía la pena llevárselo. Eso es otro mundo oye, un submundo puesto que está en el sótano.
Allí, entre cosas que no podría clasificar encontramos un sofá cama de "escay" color burdeos con cojines cuadrados estampados de los años 60 que, que...que subimos, no sin dificultad, hasta el escenario. Separamos de todo lo demás, para subirnos también, cuatro columnas romanas tan demodé, que en el momento que las vimos dijimos: "Para la obra".
A otro compañero se le ocurrió subir una serie de telas de diferentes colores casi transparentes que parecían velos marroquies, para colocarlos sobre mesitas a modo de mantelitos.
Unos enormes paneles que imitaban una pared de ladrillos hacían de fondo de escenario. Una cama plegable, en casa de mis padres llamada cama turca (no sé por qué), con una colcha en tonos naranjas y burdeos completaban una casa completamente kitch, pero resultona. ¡Qué mezcla de estilos, por Dios!
Con medio teatro lleno y al grito de : "¡Arriba el telón!", empieza la función. La primera frase siempre es la mas difícil, pero a partir de ahí sabes que ya no hay marcha atrás por mucho que el corazón esté a punto de explotar.
Durante una hora la obra ha transcurrido con fluidez y sin fallos. El público, que aunque al principio le costaba reirse (público difíl, he pensado) pronto se ha metido en la historia y sus risas nos han dado más fuerza y energía para superarnos.
Al finalizar y cuando todavía seguía con cierta excitación (y ya sabeis a qué me refiero) ha llegado el momento de los halagos por parte del público y de las profesoras de la Escuela de Idiomas. Momento siempre agradable (así somos los humanos) pero que a mí, debido a mi timidez, me supera.
Bueno, también nos han dado un "regalito" por nuestro trabajo. Después de tomar algo junto a algunos amigos que habían ido a vernos, hemos vuelto a Zgza.
Aquí estoy, sentada, escribiéndo y disfrutando de todo lo que he vivido esta tarde y también esperando que cuando mañana me levante, pueda volver a llenar el vacío que me ha dejado saber que hasta después del verano, el teatro ya no forma parte de mi día a día.
Tengo que encontrar cosas para llenar ese hueco y sin duda lo encontraré pero que sepais, compañeros de teatro que echaré en falta los ensayos, los nervios, la preparación y sobretodo, os echaré en falta a todos vosotros.
Gracias por acompañarme en esta siempre maravillosa aventura que es el teatro.
Si quereis más imágenes pulsad aquí,

3/18/2010

La noche previa.

Son las doce y media de la noche y hasta ahora, he estado dándole un repaso al script porque mañana 18 de marzo a las 19 horas, representamos la obra "Move over Mrs Markham" en Zuera. Ya sé que dando tantos datos me expongo a que los de la SGAE vengan a chuparnos la sangre pero bueno, si chupetón es en el cuello y lo hacen de tal manera que llegue a sentir escalofríos por la espalda...quizá hasta pagaría gustosamente. Pero no va a ser el caso.
No sé cómo voy a dormir hoy. Estoy dándole vueltas a la cabeza tratando de no dejar ningún cabo suelto para que todo salga bién, para que no nos falte nada. Tengo seis bolsas llenas y una cama plegable en la entrada de mi casa, esperando a ser introducidas mañana en el coche antes de partir hacia Zuera.
Miro las bolsas y me digo: "Todo controlado, Esther. Ya te puedes ir a descansar"
Pero entonces me detengo y me digo: "No, si todo lo que es attrezzo lo tienes controlado pero, ¿qué me dices de los compis y de tí misma?"
Pues eso, que eso lo dejo al azar. Que eso no lo puedo controlar, que el miedo y los nervios son libres así es que dentro de 24 horas, volveré a estar aquí escribiendo la crónica de lo que ha sido esa actuación.
La crítica será tan imparcial como pueda, aunque al formar parte del espectáculo a criticar, quizá me cueste un poco más serlo. Pero si la actuación resulta tan buena como me imagino, me soltaré la melena y voy a hacer corto con todos los adjetivos positivos del diccionario. ¡Menuda soy yo!

3/11/2010

¡Qué sueño tengo!

Son las 6 de la tarde y tengo que hacer grandes esfuerzos para mantener los ojos abiertos y es porque anoche tuve un encuentro en la 3º fase- digooo en la 3º hora- y no precisamente con un extraterrestre. Que no digo que eso no tenga su morbo, pero no, lo que pasó fué que cuando estaba poniendo en hora el despertador para que sonara por la mañana, ví que eran las 2'45 de la madrugada y no se me ocurrió otra cosa que preguntarme: "¿Y si llamo a mi prima?"
Dicho y hecho, que yo cuando tomo una decisión, allá que voy con ella.
Antes de que alguien diga que estoy loca por llamar a alguien a esas horas de la madrugada, os voy a aclarar que la persona a quién llamé fué a mi prima Pili. Y os preguntareis, ¿y qué tiene que ver que se llame Pili o sea tu prima para llamarle a esas horas?...Pues nada, no tiene que ver nada, ni con el nombre ni con la relación familiar, pero la cosa cambia si os digo que vive en Oklahoma (EEUU) y que cuando aquí son las 3 de la madrugada, allí son las 7 de la tarde del día anterior y es cuando ella llega a casa del trabajo.
Por eso, después de preparar el despertador y cuando íba a meterme en la cama, decidí volver al salón y llamarle.
Allí estaba yo, sentada en el sofá, en la soledad que proporcionan las tres de la madrugada y con los nervios a flor de piel porque no estoy acostumbrada a llamar al extranjero.
Me decido porque a esas horas no es cuestión de pensárselo mucho y empiezo a marcar un número de teléfono más largo de lo normal- es lo que tiene llamar al extranjero. Suena tres veces y al otro lado oigo una voz femenina que pregunta: "¿Yes?
Yo, contenta por haberme puesto en contacto con mi prima a la primera, le digo: "¡Hola Pili!"- "¿Sorry?" me contestan al otro lado. Pensando que las comunicaciones con el extranjero están fatal, vuelvo a repetir: "¡Hola Pili!".
"I don't know what you mean" me vuelve a decir la voz al otro lado del teléfono y entonces es cuando me doy cuenta de que "posiblemente" me haya equivocado de número.
Si esta conversación la hubiera tenido a las tres de la tarde, me hubiera dado cuenta antes de que no era su voz, pero es que a las tres de la madrugada...
Entonces saqué toda la artillería pesada e hice uso de mi conocimiento del inglés y me lancé a explicarle: "I'm sorry. I'm Spanish and I was trying to call my cousin Pili, who lives in Oklahoma", (un poco más y le cuento toda mi vida).
Ella entonces me responde: " Well, this is Oklahoma but she doesn't live here" .
-"Oh, thank you very much and sorry". Eso fué todo lo que se me ocurrió contestar.
Con sueño y preguntándome qué es lo que había podido pasar, miré en la pantalla del teléfono para averiguar qué había hecho mal y me dí cuenta de que había marcado un número de más. ¡Cómo no me íba a parecer largo el número!
Los nervios aumentaron y dudé de volver a intentarlo...pero lo hice. No íba a dejar que la conversación con una americana me quitara las ganas de hablar con mi prima.
El segundo intento fué un éxito y pudimos hablar y hablar y hablar. No sé durante cuánto tiempo estuvimos haciéndolo, pero sin duda se acercó a la hora.
Hablamos de muchas cosas. Hace casi dos años que no nos vemos porque nos separan muchos kilómetros y todo un océano.
Me lo pasé muy bién conversando con ella, pero esa larga conversación me produjo una gran excitación (no penseis mal, que os conozco) y cuando me metí en la cama, parte de esa conversación volvió a mi recuerdo y me desveló completamente. Pronto me dí cuenta de que íba a tener problemas para dormirme...¡y vaya si me costó!. Vuelta hacia la izquierda, vuelta hacia la derecha, bocarriba, bocabajo y los ojos tan abiertos como los ojos de Heidi y Marco.
Al final conseguí dormir, pero tan tarde que solo he dormido tres horas.
Aquí estoy yo ahora muerta de sueño, pero no puedo permitirme el lujo de dormir la siesta. No me preocupa mucho porque inevitablemente, dentro de unas horas llegará de nuevo la noche y podré dormir.
Ahora solo quiero darle las gracias a mi prima, sí a tí Pili que sé que casi todas las noches abres el blog para ver qué hay de nuevo.
Un beso y buenas noches.

3/05/2010

A por chocolate.


"Bajarse al moro" es el título de un libro y también de una película en la que los protagonistas bajan a Marruecos a por droga. Eso es lo que esta tarde hemos hecho las chicas del club...Bueno, en lugar de bajar a Marruecos hemos bajado al centro de Zaragoza, pero al igual que los protagonistas de la peli, nosotras también hemos ido a por droga, a por chocolate más concretamente.
Pero el chocolate que nosotras hemos comprado... y saboreado, iba acompañado de churros y porras y se toma caliente.
Hacía tiempo que deseábamos hacer este viaje. La verdad es que ya teníamos mono de chocolate, pero por uno u otro motivo el viaje se iba retrasando y esa necesidad de probarlo, nos estaba empezando a poner nerviosas así es que, aprovechando que hoy jueves no teníamos clase de bailes latinos, nos dijimos: "Esta es nuestra oportunidad y no vamos a perderla"
Quedamos 6 a las 6. Cogimos el autobús y bajamos en las Murallas Romanas. A pocos metros de allí en la calle Prudencio, está el lugar dónde compramos el chocolate.
Antes de llegar descubrimos una tienda de ropa interior de señora, que se debió de inagurar en la posguerra y que supongo que para aquella época debió de ser de lo mas moderno de la ciudad. Esas tiendas se llamaban "Confeciones". Tal y como suena. Bién claro, para que todo el mundo supiera lo que podían encontrar dentro y no como las de ahora que tienen nombres como: "Calzedonia" , "Woman Secret" o "Intimissimi", que hay gente que si no viera los escaparates, no sabrían ni lo que se vende en su interior.
Como digo, allí estaba la tienda de Confeciones, con sus medias, sostenes (así es como se llamaban entonces) bragas, batas de boatiné para estar por casa, etc,etc, etc y no pude resistirme a hacerme una foto para tenerla para la posteridad. Porque tiendas como esas, ya quedan pocas.
Llegamos al puesto de venta de chocolate y oye, todo ocupado, ni un hueco. ¡Cuanto mono de chocolate hay! Me fijé que la mayoría de los clientes eran personas de la tercera edad...¡para que luego hablen de los problemas de los jóvenes con las drogas!
Cuando vimos un hueco nos sentamos y saboreamos la ración de chocolate que nuestro cuerpo necesitaba. Al finalizar pagamos, claro, y salimos a caminar. La temperatura era buena, todo lo buena que puede ser en marzo, y caminamos por la calle Alfonso para evitar que el chocolate se nos quedara en las caderas.
Nos encontramos unas esculturas de Rodín, colocadas en dicha calle cerca de la Plaza de Pilar y nos hicimos unas cuantas fotos con ellas, fotos en la tienda Disney, fotos de algunos escaparates que nos llamaron la atención...así hasta que la batería de la cámara se apagó.
Nos dirigíamos hacia la parada del autobús y al llegar al FNAC vivimos una sitiación rara, que no pude fotografiar por lo rápido que sucedió todo (bueno, el que no tuviera batería, también influyó).
Resulta que a la altura de dicha tienda, vemos que sale a toda velocidad uno de los seguratas, el cual casi me tira por lo rápido que iba. Nos paramos y nos giramos para saber a quién perseguía y de pronto se para, se gira y en ese momento un tío sale corriendo del FNAC como alma que lleva el diablo, huyendo con el producto del robo que acababa de cometer (presuntamente, que no quiero querellas) y sin darse cuenta se da de bruces con el segurata, que lo agarra con tanta fuerza, que tengo dudas de si los pies del supuesto ladrón tocaban el suelo y a gran velocidad se lo mete dentro de la tienda. Si al salir corriendo, hubiera huído hacia la izda. en vez de hacia la dcha. quizá hubiera tenido alguna oportunidad de huir...Si es que girar hacia la derecha nunca trae nada bueno.
Comentando y riéndonos por lo que acababa de pasar llegamos a la parada del bus y al poco rato, ya estábamos en casa.
Seguro que no tardaremos tanto tiempo en ir en busca de la próxima dosis.
Las fotos, como siempre, aquí.

3/01/2010

Cronología de un fín de semana.


El viernes 26 después de ensayar la obra de teatro, volví a casa a prepararme para viajar a África, a Uganda más concretamente. Y lo hice a través de cuatro de los cinco sentidos: vista, oído, olfato y gusto. Incluso si me apremias, diría que también usé el quinto, el tacto puesto que toqué alguno de los objetos africanos que el anfitrión se trajo de allí.
Fuimos a su casa porque nos íba a enseñar las fotos que hizo en África, lugar a dónde acudió porque había sido invitado a una boda entre un amigo suyo y una chica de allí, a la que había conocido a través de internet.
Viendo las fotos, entró en funcionamiento el sentido de la vista. A través de ellas y de las explicaciones que nuestro amigo nos iba dando, pudimos ver imágenes de la ceremonia de la boda, conocimos otra manera de vivir y preciosos paisajes africanos, tán distintos a los nuestros...
El sentido del oído apareció durante el viajé que hice allí a través de sus sonidos y canciones, porque mientras cenábamos, escuchábamos su música, tan bailable que fué muy difícil mantenerme sentada en el sofá, aunque los pies no pararon de moverse. ¡Con qué ganas me hubiera puesto a bailar!
El olfato y el gusto se unieron durante la cena para hacernos sentir todos los sabores de aquella tierra, porque nuestro amigo nos preparó para cenar lo mismo que él había comido en la boda.
Cuando veais la foto de lo que cenamos, os puede parecer un poco "raro" como plato para una boda, pero de verdad os digo que a mi me gustó mucho más que lo que he cenado en otras bodas a las que he asistido.
Fué una noche estupenda, incluso aprendimos una palabra ugandesa: "Muzungo" y es la palabra que usan para llamar a las personas de raza blanca, que tampoco había muchos. Según dijo mi amigo solo había tres. Nos contó que alguien llevaba una camiseta con la leyenda: "No me llamo muzungo"
La noche comenzó con un recorrido muy interesante por la casa, que todavía conserva un estilo señorial, de palacete que nos asombró a todos y ya de vuelta en el salón, cogimos cada uno un plato y fuimos pasando por la cocina, cual restaurante autoservicio.
Mezclé y probé sabores que eran nuevos para mí. Pátano asado con salsa de cacahuetes, con judías rojas...
Éramos un grupo de siete personas con las que nuestro amigo quiso compartir su viaje a África para que también fuera un poco nuestro, y allí me sentí yo, y todo ello sin moverme del sofá ni tenerme que poner las vacunas que hay que ponerse antes de empezar un viaje de esas características.
El sábado 27 por la noche y sín haber dormido demasiado la noche anterior, nos volvimos a reunir algunos de nosotros, esta vez para asistir a un concierto de Jacaré Jack, cuyo cantante es compañero de teatro y con cuyas canciones difrutamos mucho.
Volví a casa casi a las cuatro de la mañana y dormí hasta las once de la mañana.
¡¡Uff!! El fín de semana, había terminado.
Aquí teneis las fotos.