Dependencia.

Ayer, a la hora de cenar y como hacemos todas las noches, encendimos la tv. Nos hemos acostumbrado a tener un sonido de fondo, que no evita que hablemos entre nosotros y que a veces, nos da temas de conversación. Pero anoche, le damos al mando y...............¡horror! la tv no se enciende. ¡No es posible!. Lo intentamos varias veces pero........nada. ¡Una ansiedad.....! ¿Cómo puede ser que nos haga esto? Era un sin vivir. Todos aportando ideas: "prueba a sacar la tarjeta y volverla a meter", "mira si están bién los enchufes", "mira los cables", "mueve la mesita de la tele" .Sí, yo también les dije que esa idea era una tontería, pero ante tanta "desesperación" había que intentarlo todo.
A Luis se le enciende una bombilla y aunque eran las 10. 30 de la noche, decide llamar a ONO que es la empresa que nos suministra "la droga" de la tele. Ellos, desde el otro lado del teléfono, le van dando instruciones para tratar de solucionar el problema, pero aunque las sigue al pié de la letra, la tv no da señales de recuperación y al final, deciden que sea el médico, perdón, el técnico quién lo intente al día siguiente.
Y allí estamos nosotros, con la cena casi fría y tratando de asumir ese cambio de rutina.
Cada noche cuando acabo de cenar, me siento en el sofá y enciendo el portátil para mirar el correo y contestar a mis amigos, y lo hago tomándome un tazón de cereales con leche (¡qué gran momento! ) ¿y qué pasó anoche? Pues que ONO, no solo nos había dejado sín tv, ¡tampoco iba internet!. Oh, oh, la cosa empeoraba. Los cereales con leche no me sabían igual con el portatil apagado y entonces, mirando a mi famila les dije: "Bueno, parece que vamos a tener que conversar de algo" "¿De qué quereis que hablemos?"......... Y nos echamos a reir (menos mal)
Recuerdo que hace tres meses, le colocamos a mi madre la tan traída y llevada TDT y no hay manera que se entienda con el nuevo mando. Desde entonces nos ha llamado un día sí y otro también por problemas con él. Unas veces porque no ha seguido el orden que le habíamos explicado para encender la tele, otras porque al intentar cambiar de canal, pretaba de cualquier botón y en vez de tv, presionaba el de radio y enseguida nos llamaba para que fuésemos a soluciopnarle el problema, porque decía que escuchaba voces (¿serían del más allá?) pero que no veía nada. ¡Claro, era radio!. Yo, harta de tanta de tanta llamadita y de tanto ir y venir a su casa, solo para volver a pretar de un botón, le decía: ¡Mamá, lee un libro y deja la tv!
Pero anoche, entendí a mi madre y su dependencia a la caja tonta.
Sín saber qué hacer, me fuí a recoger la cocina y poner el lavavajillas antes de irme a la cama. Todas las noches mientras lo hago, enciendo una pequeña tv que tengo allí, pero anoche, dicha tv tampoco funcionaba y decidí ponerme algo de música. Elegí un CD de Cecilia que Luis me acababa de descargar de Internet ,espero que esto no lo lea alguien de las SGAE, que son capaces de averiguar dónde vivo y multarme.
El caso es que dicho CD tiene canciones de los 70's y lo que conseguí mientras lo escuchaba fué que vinieran a mí, los recuerdos de mi adolescencia y me puse algo melancólica y triste.
Me fuí pronto a la cama.
Menos mal que hoy por la mañana han venido a arreglar ese desaguisado y ahora, todo ha vuelto a la normalidad.

Crónica de una noche anunciada.

Aquí estoy de nuevo, con mi pantalla en blanco y dispuesta a plasmar en ella, cómo me lo pasé anoche. Era miércoles, pero parecía sábado y es que al día siguiente era fiesta. Era 23 de abril, Día de Aragón y decidí empezar a celebrarlo unas horas antes. ¿Cómo?. Me fuí a un concierto, al de Jacare Jack. Es el cuarto concierto de este grupo al que acudo desde que conocí a Antonio (Toño) cantante del grupo, que a su vez es compañero de teatro.
El grupo es bueno, tanto musical como vocalmente y sus canciones, la mayoría de las cuales están escritas por ellos, tienen ritmo y te invitan a bailar. Sus conciertos se me hacer cortos y más aún si asisto a ellos con amigos, como yo hice anoche. Faltaron dos personas, pero Josita y Rupert estuvieron allí conmigo en primera fila, "soportando" el calor de los focos y del público que llenaba la sala. Y por supuesto, la presencia de mi hijo Daniel terminó de alegrarme la noche.
El concierto duró algo más de una hora. En esta ocasión, no estuve de pié bailando, pero no hubo ni una sola canción que no me hiciera moverme en mi asiento. Incluso sentada, mi cuerpo, mi cabeza y mis brazos estuvieron en movimiento, acompañando las canciones con las palmas y aplaudiendo al final de cada una de ellas.
Y al final del concierto, recibí un inesperado regalo; la púa con la que Antonio había estado tocando la guitarra durante todo el concierto.
Josita, a mi lado, volvió a estar "divina" y un poco asombrada por el precio que pagó por un gin-tonic.
Aunque terminó el concierto, la noche continuaba y después de despedirme de Antonio y ya en la calle, también me despedí de Josita. Para ella y aunque se lo había pasado muy bién, la noche había terminado. Para mí no. Daniel, Rupert y yo, después de telefonear a Luis, nos reunimos con él, que estaba muy bién acompañado por un montón de amig@s y entre ese grupo estaba
Tere y la nombro a ella especialmente, porque las dos nos alegramos mucho de vernos. Nos fuimos todos a "El Sótano de Cass", que junto con el "Bacharah" es el punto de encuentro para encontrar a Luis y sus amigos.
Al poco rato, Daniel se fué a casa y unos cuantos bailes después , fuí yo la que abandoné el lugar.
Era la una y media de la madrugada y todavía no había cenado. Luis, rodeado de muchos de sus amig@s se quedó un poco más.
¡Uf! Crónica terminada. Me voy a dormir.

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Felicidades Josita.

Felicidades por tu cumple, por la cena que preparaste con tanto cariño y por los amigos que tienes, que no estamos mal ¿verdad? Si, ya sé que un poco más de humildad no estaría mal pero ¿qué quieres que te diga? Fuimos pocos pero ¡me encantó reunirme con vosotros!

Sé que te apetecía que algún día escribiera sobre tí en el blog y ¿qué mejor motivo que este?

Voy a hablar de "nuestra cena" Sí, nuestra cena porque ¿quieres que hable de todas las llamadas que me has hecho estos últimos días? Me has tenido toda la semana colgada del teléfono preparándola y haciéndome cómplice de tú menú (y yo, encantada). Llamada para saber si me parecía bién el menú,para preguntarme si creía que le gustaría a todos, llamada para saber cuántos íbamos a ser, llamada desde la pastelería para decirme que ibas a coger una trenza de Huesca (por cierto, buenísima) ¡qué estrés! Como verás, la cena ha durado una semana.

Y llegó el sábado y el teléfono de nuevo, sonando sin parar. Surgió un problema y tuvimos que resolverlo. Iba a haber una "baja", o quizá dos. Yo te llamo para avisarte, recibo mensajes de móvil, vuelta a llamarte con las novedades. Por un momento, he llegado a pensar que terminaríamos cenando tú y yo solas, a la luz de unas velas ja,ja,ja.

Íbamos a ser siete adultos y tres niños y finalmente hemos sido cinco adultos y dos niños. Uno de los cuales, niña, por cierto, nos ha deleitado con su gran habilidad en gimnasia rítmica. Dios mío ¡qué elasticidad! ¿Seguro qué tiene huesos esa niña?

Sabes Josita que no celebramos tu cumple todos los años y quizá eso ha hecho que esta cena haya sido algo especial, pero siguen llegando a mi memoria todas esas llamadas que hemos tenido que intercambiar para que todo saliera bién y te diré un secreto.............Eso quedará entre tú y yo.

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"Semana Santa, 2009"

He estado en Huesca con Luis y Pablo y hemos ido a comer. Lo hemos hecho anteriormente y siempre hemos ido al mismo restaurante (somos humanos de costumbres). Es un sitio agradable, libre de humo, no muy caro y la comida, muy buena y muy bién presentada. A continuación y como de costumbre, nos hemos ido a tomar un café al casino. El casino es un local muy grande, o al menos me lo ha parecido a mí ya que a esas horas estaba casi vacío, nosotros tres y otras tres personas en otra mesa, (la siesta, quizá). Y después del café, de la tertulia y de un par de fotos que he hecho, mi cámara y yo siempre juntas, nos hemos ido a ver una exposición de fotografía en el CDAN (Centro De Arte y Naturaleza) que está a la salida de Huesca.

El exterior del CDAN estaba muy tranquilo. Bancos para descansar y tomar el sol, césped, árboles y un viñedo que ocupa una pequeña extensión, han hecho que la espera hasta que abriera el Museo, fuera muy relajante.

Poca gente por las calles de la ciudad y la carretera con poco tráfico, y a mitad tarde, de vuelta en Zaragoza.Aquí dejo algunas fotos que he hecho. Los platos que hemos comido, alguna foto en el casino, en el exterior del Museo.......¡Ah! y la de un maniquí que hemos visto en un escaparate que casi nos deja sin respiración. Se trata de un "niño" de unos tres años, vestido con un traje blanco, cuyas mangas le están grandes y han tenido que doblarlas, lleva corbata y unas hombreras tan anchas que en lugar de un niño, parece un ganster enano que va a ir a una boda a amenazar a alguien. Nos lo hemos pasado genial en el escaparate. La imagen del enano nos ha dado pié para inventarnos miles de historias que nos han hecho reir. No me quiero ni imaginar lo que haya podido pensar de nosotros, cualquiera que haya pasado por allí.Bueno, Jueves Santo se ha ido. ¿Y mañana qué? No sé, quizá escriba algo también.

Pues si. Viernes Santo y si, voy a escribir aunque no mucho, porque no ha ocurrido gran cosa.He querido aprovechar la mañana llenando mi mente de conocimiento. Que no es que no lo tenga normalmente, pero se trataba de llenarlo con algo de conocimiento histórico. Quería saber algo más de lo que ocurrió en la Guerra de la Independencia de 1808. Ya sabes, la de los franceses con Napoleón a la cabeza. La de Agustina de Aragón, el General Palafox, el Tio Jorge, la Condesa de Bureta y los miles de aragones anónimos que dieron su vida por defender Zaragoza.Yo no estuve allí. Por eso esta mañana me he acercado a La Lonja, donde , en una amplia exposición, en la que además de una cierta cantidad de cuadros, hay también objetos y documentos de aquella época. Documentos que he leído, como el Acta de Capitulación de la ciudad que han hecho aflorar mis más profundos sentimientos nacionalistas, aragoneses, por supuesto.He salido a la calle, esperando no encontrarme con ningún"gabacho", perdón, con ningún francés para no tener que decirle dos o tres "cositas" bién dichas.

Ya en la calle, he vuelto al Siglo XXI. Me he encontrado con mi hijo Daniel, con el que había quedado un poco antes para ir a tomar el vermut. Nos hemos comido algo tan nuestro como una tostada con tomate y jamón, que ha hecho que olvidara mi "venganza" hacia los franceses..........de momento, ya que me queda por ver la segunda parte de la exposición, en el Palacio de Sástago. Ya veremos.

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¡Uf, qué viernes!

Paco, la noche del viernes, fué tu noche.

Estábamos de celebración y es que aunque la mayoría de las personas celebran tener trabajo, aquí nuestro amigo celebra haberlo dejado, y quiso hacerlo con sus amigos poniéndo música en El Sótano de Cass.

Música de los 80's muy bién elegida ¡es Paco!
Para ambientar el local, lo decoraron con un par de superposters, hechos con las portadas de dos discos de la época que mejoraron mucho el ambiente, que se quería que fuese "glam". Había oído que para no desentonar, quizá llevaría pestañas postizas, pero no, lo que hizo fué ponerse un bonito pañuelo rojo alrededor del cuello, que poco antes de empezar a pinchar, puso alrededor del mío.

Creo que la palabra "glam" viene de glamour y aunque glamour, lo que se dice glamour, no es que hubiera mucho, alegría y ganas de bailar, había a raudales, ¡ah! y comida también . Tere se encargó de eso y cumplió. Hasta última hora, quién quiso, pudo picotear eligiendo entre dulce y salado. Yo tardé en decidirme a hacerlo (la dieta, que es muy dura) pero cuando empecé a comer, mandé a la porra la dieta y es que la carne es tan débil........

Fueron más de cuatro horas, durante las cuales la música no paró ni un segundo y detrás de todo eso estaba Paco, al que ví disfrutar de lo lindo. Era su noche y fué la de todos que estuvimos allí. Según él, es feliz cuando ve a la gente pasárselo bién con lo que él hace.

Yo estaba muy a gusto allí, e inesperádamente mi hijo Daniel hizo acto de presencia. Solo estuvo unos 10 minutos, pero suficientes para que la noche fuese completa.

Sobre las tres y media, cuando todo estaba terminando, le devolví a Paco el pañuelo que había estado llevando alrededor de mi cuello. Era hora de irse a dormir y en el taxi, de vuelta a casa, seguía sintiendo la música en mi piel.

Paco, como decía Alaska, eres el Rey del Glam.

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