11/27/2008

Se acerca la fecha.

La navidad está a la vuelta de la esquina. Las tiendas ya nos ofrecen los turrones y en el interior de todos los establecimientos cuelgan participaciones de lotería, las calles ya tienen las lucecitas, aunque todavía apagadas y supongo, mejor dicho, me temo, que pronto nos invadirá esa legión de gorditos Papás Noel, intentando entrar en nuestras casas (en la mía no, que ni siquiera lo intenten). Lo lamento por aquellos a los que les pueda gustar verles escalar y desinflarse a causa del frío y el cierzo pero...........¡Son horribles!
El caso es que que a mí, ni ver los turrones, ni las luces, ni toda la parafernalia que venden para decorar nuestras casas, ni siquiera el Papá Noel trepador, me hacen darme cuenta de que la navidad se acerca.
Lo que verdaderamente me lo recuerda ,es comprobar cómo se va acercando la "fatídica" fecha en la que tendremos que representar la obra de teatro que llevamos ensayando desde Septiembre. La "fatídica" fecha será poco antes de navidad.
Como todos los años, y para seguir con la tradición, a estas alturas aún ensayamos con el script (guión) en la mano y todavía no lo hemos hecho todos juntos aunque ya deberíamos haberlo hecho.
Sé que no es nuevo, que ocurre lo mismo año tras año y que debería estar acostumbrada. De hecho, siempre confíaba en que saldría bién el día que la hiciéramos, y así ha sido hasta ahora pero, esta vez estoy más nerviosa por los problemas personales de alguien importante que están influyendo en mi estado de ánimo, creándome alguna inseguridad en el resultado del día del estreno.
Los nervios, la tensión por querer tener todo controlado para que nada falle ese día, es lo que realmente me recuerda que la navidad está al caer.

11/20/2008

Harapocívicafotos.

Vale chic@s. Está bién. Ya no aguanto tanta presión. Aquí teneis las fotos de la Harapocívicafiesta que quedaban por publicar. Espero que a partir de ahora cesen las llamadas de madrugada y los sms al móvil pidiendo que las mostrara.
Espero que os hagan sonreir.



























11/16/2008

Harapocívicafiesta.


Yo estuve allí y me lo pasé genial.
El viernes 14, tuvo lugar la última (por ahora) Harapofiesta. Esta vez, llamada Harapocívicafiesta y tuvo lugar en el Centro Cívico Delicias, de ahí el cambio de nombre.
Empezó más pronto que nunca, a las 7 de la tarde. Yo todavía no había llegado, pero sé que a esa hora, la fiesta comenzó con un festival de buena música de los 80's. El dj era Paco, que disfrutó mucho ofreciendo su música a todos los que allí había, aunque a decir verdad, eran muy pocos y aún se estaban dedicando a terminar de decorar el lugar y a dar los últimos retoques para que todo funcionara sín fallos y ¿qué mejor manera de trabajar, que hacerlo con un dj amenizando el trabajo?
Durante dos horas y mientras pegaban fotos de anteriores harapos por las paredes y columnas y tendían la ropa para que la gente se la pudiera llevar, bailaban y disfrutaban con los ritmos ochenteros.
A partir de las 9 y con más público que ya había ido llegando, los dj's se fueron turnando, la gente bebiendo, hablando, eligiendo y poniéndose la ropa que allí había. Disfrutando y al ritmo de la música, algunos cuerpos se fueron quitando algo de ropa (unos más que otros), gente expresiva, alegre, en definitiva personas desinhibidas que contagian con su energía y a las que pude fotografiar para que quede constancia de que en la vida, estos momentos también existen.
Me lo pasé muy bién, me gusta el ambiente que se crea en estas fiestas, me gusta la música que ponen los dj's, especialmente, ¡cómo no! la que ponen Luis y Pedro, creo que forman un buén tandem. Estuve rodeada de gente que conozco y que me alegré de volver a ver y sobretodo, también estuvo la gente que más quiero.
Yo estuve allí y con estas fotos quiero dejar constancia de ello. Hasta la siguiente Harapo babies





11/02/2008

Lo he vuelto a hacer.

Mi madre me ha encargado que le compre novelas del oeste y lo he hecho. Me da un poco de corte porque, no es la clase de literatura que me gusta comprar.
De vez en cuando, mi madre me llama y me dice: "Nena, cómprame novelas, que ya solo me quedan dos". Le llevo diez, y ya tiene para unos días y es que mi madre parece que se las inyecte en vena.
Hay personas a las que les gusta desayunar leyendo el periódico para saber cómo van las cotizaciones de bolsa, la subida del Euribor o leer la última metedura de pata del político de turno, sín embargo, mi madre es feliz desayunando con Marcial Lafuente Estefanía. Es que mi madre es muy selectiva, ella no lee a cualquier autor de novelas, no. Ella lleva ¡50 años! siendo fiel a Marcial ( es que después de tantos años en casa, es como de la familia) Cuando yo nací, él ya estaba allí.
Pasó el tiempo y hubo un momento en la vida de mi hermana y en la mía en el que caímos en esa lectura. ¡Qué le vamos a hacer! Tenía que ser así, mi hermana y yo íbamos con ella a comprarlas y más tarde le acompañábamos a cambiarlas por otras. En esos años, en las papelerías, las novelas y los tebeos se cambiaban, eran más baratos y la economía familiar no estaba para muchos jolgorios (bueno si, como ahora).
Por suerte, con el tiempo logré desengancharme de esa adicción, pero mí hermana no, lo único que ha conseguido ella, ha sido cambiar las novelas del oeste por las de amor, que también deben tener lo suyo. Al menos a ella, al final del día, comerse una pieza de fruta tumbada en el sofá leyendo una de esas novelas, le relaja. ¡Olé por ella!
El caso es que ahora, las novelas del oeste, se han vuelto a cruzar en mi camino. Tengo que hacer de "camello" y conseguírselas a mi madre. A veces me llama y se queja de su mala calidad, quiero decir, que se queja porque dice que las historias que cuentan se parecen mucho unas a otras.
¿Pero es que no se ha dado cuenta de que después de más de 50 años, ese tema no da más de sí?
Cuando entro a comprárselas, lo hago sín mucho alboroto. La papelería está situada debajo de mi casa y siempre coincido con alguien que me conoce así es que trato de pasar desapercibida. Entro, me dirijo al lugar dónde suelen estar, las cojo y las pago junto con el periódico, pero no siempre resulta tán fácil y es que Marta (nombre ficticio) cuando han pasado unos días y no le cojo ninguna, me dice en voz alta: "Oye Esther (nombre original) que tienes novelas ¿eh?" Así, sín preocuparse de si hay gente o no. Miro a Marta y manteniendo mi dignidad respondo: ¡Ah, menos mal! Mi madre lleva varios días pidiéndomelas.

Para mi amigo, que muchas noches cuando vuelve del trabajo de madrugada, lee mi blog antes de irse a dormir.
Buenas noches, Paco.